LA HEROÍNA NO TIENE POR QUÉ MATAR.
Por: Nicholas D. Kristof *
Tomado del Espectador/ Domingo 14 de junio de 2015.

Es un tema del que nos cuesta trabajo hablar, aunque mata a más gente en Estados Unidos que las armas o los autos, y cobra más vidas que el asesinato o el suicidio.
Estoy hablado de la sobredosis de drogas, que siega cerca de 44.000 vidas al año en Estados Unidos. Estas vidas generalmente siguen una trayectoria desde los analgésicos de receta hasta la heroína; resultado, en parte, de las imprudentes campañas de mercadotecnia de las compañías farmacéuticas y del exceso de recetas de los médicos. Actualmente la heroína está fuera de control y las causas se han triplicado en los últimos tres años.
Para entender el atractivo de la heroína y la forma de combatirla, fui a Baltimore para hablar con algunos expertos: los adictos mismos.
"Un tipo me dijo que lo probara, que me haría sentir bien", recuerda Ricky Morris, que ha luchado desde hace años con la heroína. "Y sí me hizo sentir bien. Me hizo sentir superhombre".
Sin embargo, después de un tiempo, Morris empezó a despertarse sintiéndose enfermo y necesitando heroína para solo sentirse bien. Para financiar su hábito, confiesa, vendía drogas y robaba. "Me convertí en el tipo de persona que yo despreciaba"
Aun después de una sobredosis que lo puso al borde de la muerte, continuó. Cuando vio morir a su hermano de una sobredosis, Morris se sintió impactado y, por respeto, el día de su funeral prometió que jamás volvería a consumir heroína. Pero al día siguiente se sentía tan mal que rápidamente empezó a buscar su dosis.
Ahora Morris toma metadona, droga que reemplaza a la heroína y con la que la ha evitado desde hace cuatro año. Pero agrega que es una lucha constante. " Sigo tratando de vivir un día a la vez".
Baltimore está tratando de reducir las muertes por heroína a través de un programa de extensión supervisado por la comisionada de salud. la Dra. Lean Wen. "La heroína de hecho es el problema que está en la raíz de muchas otras cuestiones en Baltimore" me dijo Wen. "Es la razón de que no se pueda conseguir empleo, de que la gente acabe en la cárcel, de que no tenga estudios. La gente pierde a toda su familia a causa de la heroína".
La heroína no es un problema nuevo. Pero parecía controlada cuando, a partir de mediados de los noventa, las compañías farmacéuticas empezaron a promover los opioides como analgésicos. Esta agresiva mercadotecnia provocó enormes ganancias para las empresas, pero en muchos casos fue irresponsable, engañosa y criminal. Por ejemplo, en 2007, altos funcionarios de Purdue Pharma, fabricante de OxyContin, se declararon culpables de cargos penales por su papel en la mercadotecnia engañosa que restaba importancia al riesgo de abuso.
Para 2012, los porveedores de servicios médicos expidieron 259 millones de recetas por analgésicos opioides: suficientes para que cada estadounidense adulto recibiera un frasco de pastillas.
Muchos estadounidenses, sobre todo veteranos de las fuerzas armadas, se enganchan con las pastillas y después, sin poder comprar los analgésicos de receta, recurren a la heroína como una alternativa mucho más barata. Hablamos de la responsabilidad personal como factor de abuso de las drogas, y eso es real. Pero también lo es la responsabilidad corporativa.
¿Qué hacemos ahora? Desgraciadamente, algunos programas de educación para mantener a la gente lejos de las drogas no han dado resultados. El tratamiento, usar metadona y suboxona, sí ayuda y valdría la pena ampliarlo, aunque esto a su vez, significa también reducir el estigma de la adicción para que la gente se anime a buscar ayuda médica.
Algunos políticos conservadores se oponen al trueque de agujas, por temor a que esto legitime el consumo de drogas. Pero la evidencia señala que el intercambio de agujas reduce la difusión del VIH y de la hepatitis, lo que salva vidas.
También podríamos esforzarnos más por salvarle la vida a quienes sufren una sobredosis. Los farmacéuticos también podrían ser salvavidas; hay una droga llamada naloxona que revive a la persona casi de inmediato.
"No hay nada como eso en medicina" afirma Wen que, como doctora de la sala de urgencias, la ha usado en muchos pacientes. "Es una antídoto completo y actúa de inmediato".
En algunas ciudades se les reparte naloxona a los agentes de policía para que puedan usarla cuando se topen
Estoy hablado de la sobredosis de drogas, que siega cerca de 44.000 vidas al año en Estados Unidos. Estas vidas generalmente siguen una trayectoria desde los analgésicos de receta hasta la heroína; resultado, en parte, de las imprudentes campañas de mercadotecnia de las compañías farmacéuticas y del exceso de recetas de los médicos. Actualmente la heroína está fuera de control y las causas se han triplicado en los últimos tres años.
Para entender el atractivo de la heroína y la forma de combatirla, fui a Baltimore para hablar con algunos expertos: los adictos mismos.
"Un tipo me dijo que lo probara, que me haría sentir bien", recuerda Ricky Morris, que ha luchado desde hace años con la heroína. "Y sí me hizo sentir bien. Me hizo sentir superhombre".
Sin embargo, después de un tiempo, Morris empezó a despertarse sintiéndose enfermo y necesitando heroína para solo sentirse bien. Para financiar su hábito, confiesa, vendía drogas y robaba. "Me convertí en el tipo de persona que yo despreciaba"
Aun después de una sobredosis que lo puso al borde de la muerte, continuó. Cuando vio morir a su hermano de una sobredosis, Morris se sintió impactado y, por respeto, el día de su funeral prometió que jamás volvería a consumir heroína. Pero al día siguiente se sentía tan mal que rápidamente empezó a buscar su dosis.
Ahora Morris toma metadona, droga que reemplaza a la heroína y con la que la ha evitado desde hace cuatro año. Pero agrega que es una lucha constante. " Sigo tratando de vivir un día a la vez".
Baltimore está tratando de reducir las muertes por heroína a través de un programa de extensión supervisado por la comisionada de salud. la Dra. Lean Wen. "La heroína de hecho es el problema que está en la raíz de muchas otras cuestiones en Baltimore" me dijo Wen. "Es la razón de que no se pueda conseguir empleo, de que la gente acabe en la cárcel, de que no tenga estudios. La gente pierde a toda su familia a causa de la heroína".
La heroína no es un problema nuevo. Pero parecía controlada cuando, a partir de mediados de los noventa, las compañías farmacéuticas empezaron a promover los opioides como analgésicos. Esta agresiva mercadotecnia provocó enormes ganancias para las empresas, pero en muchos casos fue irresponsable, engañosa y criminal. Por ejemplo, en 2007, altos funcionarios de Purdue Pharma, fabricante de OxyContin, se declararon culpables de cargos penales por su papel en la mercadotecnia engañosa que restaba importancia al riesgo de abuso.
Para 2012, los porveedores de servicios médicos expidieron 259 millones de recetas por analgésicos opioides: suficientes para que cada estadounidense adulto recibiera un frasco de pastillas.
Muchos estadounidenses, sobre todo veteranos de las fuerzas armadas, se enganchan con las pastillas y después, sin poder comprar los analgésicos de receta, recurren a la heroína como una alternativa mucho más barata. Hablamos de la responsabilidad personal como factor de abuso de las drogas, y eso es real. Pero también lo es la responsabilidad corporativa.
¿Qué hacemos ahora? Desgraciadamente, algunos programas de educación para mantener a la gente lejos de las drogas no han dado resultados. El tratamiento, usar metadona y suboxona, sí ayuda y valdría la pena ampliarlo, aunque esto a su vez, significa también reducir el estigma de la adicción para que la gente se anime a buscar ayuda médica.
Algunos políticos conservadores se oponen al trueque de agujas, por temor a que esto legitime el consumo de drogas. Pero la evidencia señala que el intercambio de agujas reduce la difusión del VIH y de la hepatitis, lo que salva vidas.
También podríamos esforzarnos más por salvarle la vida a quienes sufren una sobredosis. Los farmacéuticos también podrían ser salvavidas; hay una droga llamada naloxona que revive a la persona casi de inmediato.
"No hay nada como eso en medicina" afirma Wen que, como doctora de la sala de urgencias, la ha usado en muchos pacientes. "Es una antídoto completo y actúa de inmediato".
En algunas ciudades se les reparte naloxona a los agentes de policía para que puedan usarla cuando se topen