sábado, 16 de abril de 2016






FÁBULAS PARA (pruebas) SABER EN FAMILIA
Las preguntas se encuentran en <<más información>>



1. EL GRILLO MAESTRO


Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno, el Director de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento de la exposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bella entre todas las voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.

Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio, asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todo siguiera como en sus tiempos.
Augusto Monterroso 
---------------------------------------------------------------------------------

2. EL CONEJO  Y EL LEÓN

Un célebre Psicoanalista se encontró cierto día en medio de la Selva, semiperdido.
Con la fuerza que dan el instinto y el afán de investigación logró fácilmente subirse a un altísimo árbol, desde el cual pudo observar a su antojo no solo la lenta puesta del sol sino además la vida y costumbres de algunos animales, que comparó una y otra vez con las de los humanos.
Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al Conejo; por otro, al León.
En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco después ambos animales sintieron sus respectivas presencias y, cuando toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó como lo había venido haciendo desde que el hombre era hombre.
El León estremeció la Selva con sus rugidos, sacudió la melena majestuosamente como era su costumbre y hendió el aire con sus garras enormes; por su parte, el Conejo respiró con mayor celeridad, vio un instante a los ojos del León, dio media vuelta y se alejó corriendo.
De regreso a la ciudad el célebre Psicoanalista publicó cum laude su famoso tratado en que demuestra que el León es el animal más infantil y cobarde de la Selva, y el Conejo el más valiente y maduro: el León ruge y hace gestos y amenaza al universo movido por el miedo; el Conejo advierte esto, conoce su propia fuerza, y se retira antes de perder la paciencia y acabar con aquel ser extravagante y fuera de sí, al que comprende y que después de todo no le ha hecho nada.
Augusto Monterroso

---------------------------------------------------------------------------------


3. EL BÚHO QUE QUERÍA SALVAR LA HUMANIDAD


   En lo más intrincado de la Selva existió en tiempos lejanos un Búho que empezó a preocuparse por los demás.


  En consecuencia se dio a meditar sobre las evidentes maldades que hacía el León con su poder; sobre la debilidad de la Hormiga, que era aplastada todos los días, tal vez cuanto más ocupada se hallaba; sobre la risa de la Hiena, que nunca venía al caso; sobre la Paloma, que se queja del aire que la sostiene en su vuelo; sobre la Araña, que atrapa a la Mosca y sobre la Mosca que con toda su inteligencia se deja atrapar por la Araña, y en fin, sobre todos los defectos que hacían desgraciada a la Humanidad, y se puso a pensar en la manera de remediarlos.



  Pronto adquirió la costumbre de desvelarse y de salir a la calle a observar cómo se conducía la gente, y se fue llenando de conocimientos científicos y psicológicos que poco a poco iba ordenando en su pensamiento y en una pequeña libreta.



  De modo que algunos años después se le desarrolló una gran facilidad para clasificar, y sabía a ciencia cierta cuándo el León iba a rugir y cuándo la Hiena se iba a reír, y lo que iba a hacer el Ratón del campo cuando visitara al de la ciudad, y lo que haría el Perro que traía una torta en la boca cuando viera reflejado en el agua el rostro de un Perro que traía una torta en la boca, y el Cuervo cuando le decían qué bonito cantaba.


   Y así, concluía: “Si el León no hiciera lo que hace sino lo que hace el Caballo, y el Caballo no hiciera lo que hace sino lo que hace el León; y si la Boa no hiciera lo que hace sino lo que hace el Ternero y el Ternero no hiciera lo que hace sino lo que hace la Boa, y así hasta el infinito, la Humanidad se salvaría, dado que todos vivirían en paz y la guerra volvería a ser como en los tiempos en que no había guerra.”


  Pero los otros animales no apreciaban los esfuerzos del Búho, por sabio que éste supusiera que lo suponían; antes bien pensaban que era tonto, no se daban cuenta de la profundidad de su pensamiento y seguían comiéndose unos a otros, menos el Búho, que no era comido por nadie ni se comía nunca a nadie.



Augusto Monterroso

viernes, 15 de abril de 2016




RODEO AL CONCEPTO DE FILOSOFÍA. 

GRADO 10. Responda las preguntas (Más información)

"Nadie dijo que el amor a la Filosofía nacía a primera vista"



1. Ningún niño traspasa el umbral de una escuela sin exponerse al riesgo de perderse; quiero decir, de perder esa vida exuberante, ávida de conocimientos y maravillas, que sería tan gozoso potenciar en lugar de esterilizarla y desesperarla bajo el aburrido trabajo del saber abstracto. ¡Qué terrible notar esas brillantes miradas a menudo empañadas! Cuatro paredes. El asentimiento general conviene en que allí uno será, con consideraciones hipócritas, aprisionado, obligado, culpabilizado, juzgado, respetado, castigado, humillado, etiquetado, manipulado, mimado, violado, consolado, tratado como un feto que mendiga ayuda y asistencia. ¿De qué os quejáis?, objetarán los promotores de leyes y de decretos. ¿No es la mejor manera de iniciar a los pipiólos en las reglas inmutables que rigen el mundo y la existencia? Sin duda. Pero ¿por qué los jóvenes aceptarían durante más tiempo una sociedad sin alegría ni porvenir, que los adultos ya solo se resignan a soportar con una acritud y un malestar crecientes? 

Raoul Vaneigem. Aviso a escolares y estudiantes, traducción de Juan Pedro García del Campo, Debate, Barcelona, 2001.


2.  No imaginéis, porque se os presenten prioritariamente pensadores poco excitantes -o porque el profesor que os los transmita tampoco parezca excitante-, que toda la filosofía se reduce a siniestros personajes o tristes individuos tanto más dotados para pensar como para ser torpes en la vida y desfasados en la existencia. La filosofía es un continente lleno de gente, de personas, de ideas, de pensamientos contradictorios, diversos, útiles para el éxito de vuestra existencia, a fin de que podáis regocijaros continuamente en vuestra vida y construirla día tras día. A vuestro profesor le corresponde proporcionaros el mapa y la brújula, a vosotros trazar vuestro camino en esta geografía farragosa, pero apasionante. Buen viaje...  Michel Onfray. Antimanual de Filosofía.


3. “El que busca la sabiduría sabe que, cuando la filosofía se hizo cargo de su alma, ésta se hallaba verdaderamente encadenada y apresada en el cuerpo, obligada a examinar la realidad a través de éste como a través de una prisión, y no ella por sí misma, sino dando vueltas en total ignorancia. Y la filosofía observa que la fuerza de este encarcelamiento radica en el propio deseo: quién más contribuye al encadenamiento es el propio encadenado. El que busca la sabiduría reconoce, pues, que cuando la filosofía se hace cargo de su alma en este estado, la exhorta suavemente a intentar liberarse, mostrándole que la observación por medio de los ojos, de los oídos y de todos los sentidos está llena de engaños; persuadiéndola para que se separe de éstos cuando no los necesite, instándola a recogerse y concentrarse en sí misma, y a no confiar en ninguna otra cosa sino en sí misma, cuando en sí misma y por sí misma contempla la realidad en sí misma. A no considerar, en cambio, como verdadero nada de lo que observe por otros medios en las otras cosas sujetas al cambio. Porque éstas son sensibles y visibles, mientras que lo que contempla por sí misma es inteligible e invisible.” Fedón. Diálogo platónico


 4. Alguien seguramente podrá advertir que la filosofía es tan inútil como el ajedrez, tan oscura como la ignorancia y tan anquilosada como una lista de capitulo, “no hay nada tan absurdo – afirmó Cicerón – que no pueda encontrarse en los libros de los filósofos”. Es indudable que muchos filósofos han tenido toda clase de sabiduría por caminos enrarecidos. Tomemos la determinación, en este viaje nuestro, de arribar exclusivamente a puertos de luz, de mantenernos alejados de las cenagosas corrientes de la metafísica y de los procelosos mares, y de la disputa teológica, ahora bien ¿Está la filosofía realmente anquilosada? La ciencia parece avanzar, mientras que la filosofía siempre parece perder terreno, sin embargo, esto se debe solo a que la filosofía acepta la ardua y azarosa tarea de habérselas con problemas que todavía no están abiertos a los métodos de la ciencia: problemas como el bien y el mal, la belleza y la fealdad, el orden y la libertad, la vida y la muerte. Tan pronto como un campo de investigación vuelve al conocimiento susceptible de formulación exacta recibe el nombre de ciencia.  Will Durant. Historia de la Filosofía.