*** "Mephisto", del director húngaro István Szabó es la primera de una lista importante de películas, que pretenden ser consideradas y analizadas bajo la opinión neófita, pero en lo posible franca y abierta, de algunos admiradores del cine. De no conseguirlo, que sirvan esas películas de pretexto para hablar de la realidad propia y de la de otros.
Mefistófeles
“Ellos vinieron”
Por: Iván Giraldo Giraldo
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada
porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Friedrich
Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984)
Habría que empezar por manifestar la forma como se
refleja el poema en la película, pues el protagonista piensa que nunca va a ser
tocado por el nacionalsocialismo que se tomó el poder en Alemania en el momento
en que el desarrollaba su labor como actor reconocido profesional y socialmente
por sus representaciones artísticas.
En un principio llegó incluso a pensar que el teatro
tenía que cambiar en su forma ya que no llegaba al pueblo, llegó a pensar en el
teatro verdaderamente revolucionario, que vinculara al pueblo y al público y
contribuyera al cambio social que se requería; sin embargo, las condiciones
sociales, políticas y laborales le hicieron renunciar al propósito que se había
fijado.
Además la actitud egoísta, propia del artista
enajenado de la realidad, lo llevaron a
doblegarse ante el poder estatal, y es así como renunció a sus propios ideales,
para complacer los intereses y propósitos del régimen; este egoísmo también se
ve reflejado en los celos que siente cuando una de sus colegas actrices es
aplaudida y venerada al terminar una de sus presentaciones teatrales. Federico
Nietzsche decía que “los hombres del mismo oficio se odiaban . . . “
Un hecho que llama la atención de la
película es el hecho que Mefistófeles ha simbolizado la representación del mal,
con una mente maquiavélica y calculadora que el protagonista representa
teatralmente tanto en la prevalencia de un poder democrático, así como, en la prevalencia de un poder
autocrático y fascista como el nacionalsocialista.
La obra teatral como tal, reafirmaba
soslayadamente el poder que regía en Alemania. Era una forma sutil y soterrada de
manifestar las intenciones de aquellos
que en su momento ostentaban el poder.
¿De qué color es un camaleón cuando se mira al espejo?
por: Ricardo Pardo
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El actor Klaus Maria Brandauer |
Los puntos más altos de la película Mephisto son siempre a
costa del personaje central. Gran parte de los aciertos del protagonista la representa la solidez del personaje, cuya construcción no se basó en una simple ambivalencia
entre la vida del artista y la vida personal, o en un juego de contrastes entre lo íntimo y
lo público, o entre el bien moral y el deber. .
Nuestro personaje, el reputado Hendrik Hoefgen, que empezó su carrera como actor en la porteña ciudad de
Hamburgo, nos muestra en cambio un espectro amplio de formas de ser, de pensar,
de posicionarse, de convencer, sin que por ello se conduzca a inconsecuencias,
o se atribuya su actuar a desvaríos.
Lo
que piensa, reza y decide, aun cuando pueda parecer el producto más depurado de
su reflexión o atado a ideales que le sobrepasan no es más que el reflejo de
las condiciones vertiginosamente cambiantes de existir que impuso la hegemonía nazi en Europa. Así se nos muestra Mephisto, equívoco, inestable, dúctil, pero siempre verdadero. Su carácter recuerda a aquellas cosas que de tanto cambiar ya no pueden volver a ser lo que eran. Todos los ángulos de su vida, sostenidos con habilidad por su demagogia no parecen tener un verdadero centro. Pasa de ser un hombre ambicioso y ufano a ser pusilánime, de rigidez hombruna a íncubo clandestino, de contradictor a partidario, de camarada a burócrata. El personaje no tiene un centro de gravedad, excepto su capacidad de adaptarse. La mirada del personaje dice mucho acerca de ésto. Hoefgen posee la capacidad, que ya muchos han puesto de moda, de no conectar su mirada con la de otros. Los oficiales nazis lo tenían como estrategia ante sus víctimas, era una forma más de desconocerlas, de anularlas, de negarles su humanidad. A nuestro personaje, al fín de cuentas, no parece importarle. Tal vez lo medita cuando se le ve frente al espejo,tal vez sea ese el momento en el que por fín Fausto mira a Mefisto.
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