jueves, 17 de marzo de 2016



*** "Mephisto", del director húngaro István Szabó es la primera de una lista importante de películas, que pretenden ser consideradas y analizadas bajo la opinión neófita, pero en lo posible franca y abierta, de algunos admiradores del cine. De no conseguirlo, que sirvan esas películas de pretexto para hablar de la realidad propia y de la de otros.




Mefistófeles

“Ellos vinieron”

Por: Iván Giraldo Giraldo

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"
.
                                 Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984)

Habría que empezar por manifestar la forma como se refleja el poema en la película, pues el protagonista piensa que nunca va a ser tocado por el nacionalsocialismo que se tomó el poder en Alemania en el momento en que el desarrollaba su labor como actor reconocido profesional y socialmente por sus representaciones artísticas.

En un principio llegó incluso a pensar que el teatro tenía que cambiar en su forma ya que no llegaba al pueblo, llegó a pensar en el teatro verdaderamente revolucionario, que vinculara al pueblo y al público y contribuyera al cambio social que se requería; sin embargo, las condiciones sociales, políticas y laborales le hicieron renunciar al propósito que se había fijado.

Además la actitud egoísta, propia del artista enajenado  de la realidad, lo llevaron a doblegarse ante el poder estatal, y es así como renunció a sus propios ideales, para complacer los intereses y propósitos del régimen; este egoísmo también se ve reflejado en los celos que siente cuando una de sus colegas actrices es aplaudida y venerada al terminar una de sus presentaciones teatrales. Federico Nietzsche decía que “los hombres del mismo oficio se odiaban . . . “

Un hecho que llama la atención de la película es el hecho que Mefistófeles ha simbolizado la representación del mal, con una mente maquiavélica y calculadora que el protagonista representa teatralmente tanto en la prevalencia de un poder democrático, así  como, en la prevalencia de un poder autocrático y fascista como el nacionalsocialista.



La obra teatral como tal, reafirmaba soslayadamente el poder que regía en Alemania. Era una forma sutil y soterrada de manifestar las  intenciones de aquellos que en su momento ostentaban el poder. 


¿De qué color es un camaleón cuando se mira al espejo?        


por: Ricardo Pardo

El actor Klaus Maria Brandauer 
Los puntos más altos de la película Mephisto son siempre a costa del  personaje central. Gran parte de los aciertos del protagonista la representa la solidez del personaje, cuya construcción no se basó en una simple ambivalencia entre la vida del artista y la vida personal, o en un juego de contrastes entre lo íntimo y lo público, o entre el bien moral y el deber. .

Nuestro personaje, el reputado Hendrik Hoefgen,  que empezó su carrera como actor en la porteña ciudad de Hamburgo, nos muestra en cambio un espectro amplio de formas de ser, de pensar, de posicionarse, de convencer, sin que por ello se conduzca a inconsecuencias, o se atribuya  su actuar a desvaríos. 

Lo que piensa, reza y decide, aun cuando pueda parecer el producto más depurado de su reflexión o atado a ideales que le sobrepasan no es más que el reflejo de las condiciones vertiginosamente cambiantes de existir que impuso la hegemonía nazi en Europa. Así se nos muestra Mephisto, equívoco, inestable, dúctil, pero siempre verdadero.  Su carácter recuerda a aquellas cosas que de tanto cambiar ya no pueden volver a ser lo que eran. Todos los ángulos de su vida, sostenidos con habilidad  por su demagogia no parecen tener un verdadero centro. Pasa de ser un hombre ambicioso y ufano a ser pusilánime, de rigidez hombruna a íncubo clandestino, de contradictor a partidario, de camarada a burócrata. El personaje no tiene un centro de gravedad, excepto su capacidad de adaptarse. La mirada del personaje  dice mucho acerca de ésto. Hoefgen posee la capacidad, que ya muchos han puesto de moda, de no conectar su mirada con la de otros. Los oficiales nazis lo tenían como estrategia ante sus víctimas, era una forma más de desconocerlas, de anularlas, de negarles su humanidad. A nuestro personaje, al fín de cuentas, no parece importarle. Tal vez lo medita cuando se le ve frente al espejo,tal vez sea ese el momento en el que por fín Fausto mira a Mefisto.
  

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