Foto: Ricardo Pardo |
EL papel social de la Educación.
Por: Mauricio García VillegasJosé Rafael Espinosa
Felipe Jiménez Ángel
Juan David Parra Heredia.
Este material es reproducido con fines exclusivamente pedagógicos.
Sobre el papel social de la educación hay dos visiones. La primera, de corte liberal, sostiene que la escuela favorece la igualdad de oportunidades y con ella la movilidad
social. Todos tenemos en mente algún caso que encaja bien
en esta teoría: el hijo de una persona que trabaja en el servicio doméstico que entra a la universidad y monta un negocio
próspero o el hijo del campesino que cursa bachillerato en un
buen colegio, sigue una carrera técnica y luego abre un taller
de mecánica exitoso. Según esta visión, que los economistas
llaman “enfoque del capital humano”, la educación forma
parte de un conjunto de factores sociales que permiten a las
personas ser autónomas y productivas en la sociedad (Becker,
1993; Mincer, 1974). La segunda visión del sistema educativo
estima, sin embargo, que estos casos son excepcionales y que
la escuela favorece sobre todo el desempeño de los hijos de los
ricos y castiga el trabajo de los hijos de las clases menos favorecidas, lo cual sirve para reforzar y reproducir, con la fuerza
simbólica de los diplomas, las jerarquías sociales.
Vistas en términos abstractos, cada una de estas teorías
tiene su parte de verdad y de mentira. Por eso es necesario
hacer análisis específicos, empíricos. El contexto y el momento histórico son determinantes a la hora de saber si el sistema
educativo contribuye más a lo uno que a lo otro, es decir más
a la movilidad que a la reproducción social o viceversa. La
situación varía no solo de país a país, sino que en un mismo
país esta puede cambiar de una época a otra. No es lo mismo
en los Estados Unidos durante los años sesenta, cuando había un enorme progreso económico, que en los Estados Unidos
hoy en día. Tampoco es lo mismo en el norte de Italia, en donde existe un capital social importante, que en el sur de Italia,
en donde la desigualdad y la falta de desarrollo son fuertes
(Putnam, 1993).
Dicho esto, hay que reconocer que hoy en día casi todos
los estudios de sociología de la educación muestran una cierta
correlación entre el desempeño de los estudiantes en el sistema educativo y el origen social de los alumnos. A los hijos
de familias ricas les va sistemáticamente mejor en los colegios
que a los niños de familias pobres. Como dicen Bourdieu y
Passeron en La reproducción (2001), una característica funcional
del sistema educativo consiste en la eliminación diferenciada
de los alumnos según su origen social. Por lo menos dos razones explican esto.
En primer lugar, hay una correlación muy fuerte entre aspiraciones subjetivas y oportunidades objetivas. La ambición
de los estudiantes en relación con la educación está en buena
parte determinada por los padres y por el ambiente familiar.
En segundo lugar, el sistema educativo evalúa el desempeño
escolar con base en parámetros para los cuales los hijos de la
clase burguesa o alta están mejor preparados. El sistema mismo está diseñado de tal manera que los estudiantes con mayor
capital social (posición social, conexiones sociales, presencia
personal, habilidades de lenguaje, etc.) tienen éxito más fácilmente que los de las clases menos favorecidas. La herencia
familiar predispone el éxito educativo. Los hijos de los profesionales reciben de sus padres un capital cultural (lenguaje,
actitud, capital cultural, visión del mundo) que los predispone
para tener éxito en la escuela.
El sistema universitario francés, explica Bourdieu, privilegia
la abstracción, el formalismo, el intelectualismo y la moderación eufemística, que son todas ellas cualidades propias del capital social
burgués y frente a las cuales las clases menos favorecidas tienen dificultades para desempeñarse con éxito.
Los valores que la escuela vehicula, que exige de sus profesores y de
sus alumnos, los métodos pedagógicos que la caracterizan, los criterios de selección y de evaluación que emplea […], favorecen a los
más favorecidos y desfavorecen a los más desfavorecidos. (Bourdieu,
2002, p. 57)
El sistema escolar legitima los privilegios culturales de las
clases altas. El privilegio de los estudiantes de élite consiste
en que su cultura está muy próxima a la cultura que el sistema educativo enseña, evalúa y premia; allí, en ese sistema, se
confunden “los valores de éxito social con los de prestigio cultural” (Bourdieu y Passeron, 2003, p. 39). En materia de éxito
educativo, el privilegio se transforma en mérito. Al desconocer
las desigualdades sociales, estas se identifican como naturales
(o de origen) y el privilegio cultural como talento individual.
Además, el peso de la herencia cultural y social se refuerza
cuando los menos favorecidos asumen su desventaja como su
propio destino. Así pues, “No basta con constatar que la cultura educacional es una cultura de clase, pero actuar como si
no lo fuera es hacer todo para que se quede así” (Bourdieu y
Passeron, 2003, p. 110). Así las cosas, el aprendizaje es para
unos una conquista, mientras que para otros es una herencia.
Todo esto significa que la democracia escolar supone la
democracia social. Por eso sociedades relativamente igualitarias disponen, por lo general, de sistemas educativos capaces
de impulsar la movilidad social mientras que sociedades muy desiguales tienen sistemas educativos que promueven la reproducción de las clases sociales.
Si comparamos los porcentajes de participación del sector privado en el total de la matrícula educativa para básica primaria, entre diferentes países del mundo, encontramos que en 2004, según la
Unesco (2006), en Colombia la proporción de matrícula privada era
de 17%, mientras que en países como Finlandia, Irlanda e Islandia
era tan solo del 1%. También están países como Noruega y Suecia,
con una matrícula privada en primaria que solo llega al 2% y 4%,
respectivamente. Incluso Estados Unidos presenta una proporción
de 11%, menor que la de Colombia en 6 puntos. Además de esto, es
conocido que Japón (que para la Unesco tiene 1% de matrícula privada), durante muchos años, ha tenido niveles muy altos de escolaridad
y calidad académica, con una educación provista casi en su totalidad
por el Estado. Algo similar sucede en Francia. En la educación básica
del Japón, la gran mayoría de los estudiantes asiste de forma gratuita
a las escuelas públicas, reuniendo tanto a las clases bajas como a las medias y bajas. En la misma línea, Giddens (1997) sostiene que
la educación tiende a expresar y reafirmar desigualdades ya existentes
en mucha mayor medida de lo que contribuye a cambiarlas” (p.
465). En sintonía con esto, Emilio Tenti ha dicho que “la escuela de las
sociedades capitalistas enfrenta grandes dificultades para romper los
determinismos sociales en materia de distribución del conocimiento
y el saber. (Tenti, 2005, p. 43)
Así pues, incluso en los países que tienen sociedades relativamente
igualitarias (comparadas con las nuestras), los hijos
de familias de padres de clase alta están mejor preparados
para salir adelante y ello debido a que tienen una herencia
cultural que los favorece para obtener los mejores resultados
y éxitos académicos.
Si esto sucede en países desarrollados, que tienen una educación
pública masiva, pluri-clasista y de buena calidad, ¿qué
podremos esperar de la función social que cumple el sistema
educativo en un país como Colombia, en donde no solo existe
una separación radical de clases sociales sino que, como lo
mostramos más adelante, los pobres reciben una educación de
menor calidad?
8 comentarios:
La educación tiene sus detractores, quienes afirman que las desigualdades ya existen a priori en la sociedad y que una educación común sólo la “vulgariza”; dígase esto con fundamento o no, lo cierto es que la enriquece, y, lo que es aun más importante, crea conciencia social y sujetos pensantes que, sin duda, son los elementos más necesarios en esta sociedad de consumismo, información efímera y búsqueda de placer fácil e inmediato. La cultura común sirve para homologar significados y así librar a muchos de sus individuos de las limitaciones de su origen social y de los prejuicios que en ciertas ocasiones deben acarrear.
La educación debería ser de carácter liberal y aceptación general, para que ricos y pobres gocemos del ''derecho'' humano del benefició de la educación y tengamos las mismas oportunidades de participar laboralmente en nuestra sociedad.
Vemos como en nuestro país la diferencia social se nota en lo educativo,por eso mismo debemos esforzarnos más para que esa diferencia educativa se reduzca.
el sistema de educación toma personas con diferencias sociales y en el desarrollo escolar, hace cada vez mas notables las diferencias entre estas en las sociedades capitalistas, por que la cultura de la educación básica de cada persona es la base en la que se desarrollan todos sus avances, entonces una persona con grandes bases tendrán grandes desarrollos y una con bases mediocres probablemente no lograra algo muy diferente a esto mismo.
Comentario de Valentina Gonzalez Granada del grado 11 D:
El texto nos muestra dos visiones del papel social de la educación: la primera, sostiene que la escuela favorece la igualdad de oportunidades y con ella la movilidad social; la segunda visión estima que estos casos son excepcionales y que la escuela favorece el desempeño de los hijos de los ricos y castiga a los hijos de los pobres.
Con respecto a estas visiones, los niños de familias ricas tienen más oportunidades de ingresar a escuelas privadas en donde tienen en cuenta el capital social de sus familias, por lo que se predispone el éxito académico con mucha más facilidad. Desde este punto de vista, los niños de padres ricos reciben una educación de mejor calidad que los niños de familias pobres.
Los métodos de enseñanza-aprendizaje varían de las escuelas públicas a las privadas, ya que los niños de padres ricos se preparan para administrar e incrementar los capitales de sus familias, mientras que los niños de padres pobres se preparan para ser mano de obra masiva y de bajo costo.
La educación debería ser igualitaria para que todos tengamos las miasmas posibilidades de demostrar nuestras capacidades, lo unico que hacen es darle mas oportunidades alas personas de clase mas alta simplemente por tener dinero sin pensar que las personas de bajos recursos podemos dar muchas cosas por mas de que no seamos de un estrato alto.
pienso que las personas de estratos altos tienen mas conocimiento ya que a ellos se les presta mas tiempo para que su educación sea sobrepasada, mientras que a las persona de bajos recursos se les presta el tiempo que el gobiernos piense que sea necesario, no nos dan una educación completa.
simplemente nos educan para trabajar como maquinas para poder tener una vida digna.
Los espacios relacionales y la interacción dentro de estos ayuda a la configuración de la identidad que permite hablar del capital humano se los individuos este capital humano esta enmarcado dentro de un sistema cultural que tiene varias estructuras que lo constituyen, como lo económico, lo político, lo social.Es allí donde la educación aparece como la necesidad de aprehensión de esas estructuras que posibilitan la satisfacción de necesidades, considerando esta una necesidad que también es creada sí es posible explicar la desigualdad que existe en la educación que reciben los pobres y la educación que reciben los ricos,Si no existe educación no hay oportunidad de aprehensión cultural, y si no hay cultura no hay educación
La educación esta perneada por cada una de esas estructuras que la configuran como sistema funcional o disyunción al disfunciona
El documento enfrenta dos posiciones respecto a las posibilidades económicas y de independencia que genera la educación para los hijos de los ricos y los pobres. La primera posición tiene un enfoque liberal y argumenta que la educación genera igualdad de condiciones tanto para los hijos de los ricos como para los hijos de los pobres; la segunda posición es un paralelo de la primera y argumenta que son escasos los casos en los que se da dicha igualdad, también dice que la escuela favorece sobre todo el desempeño de los hijos de los ricos. Si bien ambas posiciones tienen partes ciertas y otras falsas, el tema que se trata es muy ambiguo, así que difícilmente se podría llegar aún consenso. Para mí el propósito de la educación debe ser la equidad, es decir que cualquier persona que haga parte de ella tenga las mismas oportunidades de enriquecerse en conocimientos, prosperar económicamente y conseguir su independencia como sus iguales (los educandos). Ahora bien una razón por la cual este dilema carece de bases fuertes es la debilidad en una de sus premisas, la cual afirma que un hijo que proceda de una familia de burgueses o los hijos de los profesionales reciben de sus padres un capital cultural (lenguaje, actitud, capital cultural, visión del mundo) que los predispone para tener éxito en la escuela, esta premisa es falsa, puesto que en la actualidad un acervo cultural fuerte no depende de ser profesional o burgués , esto fue una cuestión del siglo XX y XIX, ahora una persona que pertenezca a las clases bajas tiene las mismas posibilidades de heredarle a sus hijos sus conocimientos que una persona de las clases altas, es más aún si el padre de X hijo no tiene un acervo cultural fuerte que heredarle , éste por sus propios medios puede apoderarse de grandes conocimientos, esto se debe a la globalización del conocimiento.
Esto es clara muestra de una reproducción de desigualdad. Eso es lo que les ocurre a las personas de bajo nivel socio económico: luchan contra unas barreras que no tienen nada que ver con el esfuerzo y que son muy difíciles de superar, como los antecedentes familiares o la cultura. En la mayoría de las sociedades los estudiantes de familias muy adineradas les llevan demasiada ventaja a estudiantes de familias carentes de recursos económicos. Sin embargo, en aquellas donde el sistema educativo funciona bien la escuela es un factor de igualación. lo que CLARAMENTE en Colombia no ocurre, la educación básica y media no logran ser igualitarias.
esa desigualdad se reproduce, pues quienes obtienen mejores resultados en el colegio que son,al final, los que tienen mayores capacidades económicas y son los que tienen mayores posibilidades de acceder a la educación superior y de competir luego en el mercado laboral.
Es cierto que se trata de una política deliberada, maquinada por el Gobierno o por las élites, como ocurría en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Sin embargo, el hecho de que exista una provisión desigual y separada de educación, según la clase social, entraña una enorme responsabilidad por parte del Estado y de las élites gobernantes.
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